10 de diciembre de 2012

Para una gran amiga, para una gran señora, para aquella que me dio la vida sin pedir nada a cambio, tan solo mi sonrisa y un poquito de alegría  que con sus abrazos y sus besos de niña logró encender a mi humilde corazón, ella es y será siempre la mujer de mi vida, la que luchó con todas sus fuerzas por sacarme adelante por no verme caer nunca, la que con sus lagrimas lograba romper toda mi alma en pedazos y lograba también hacerme llorar en agonía, aquella que sus consejos eran y son los mas sabios, que nunca se dejo vencer ni por mas fuerte que estuviera la tormenta. Las estrellas eran sus únicas amigas, eran sus almas gemelas por que se veía reflejada en ellas la luz que irradiaba su mirada, con tan solo tocar sus manos podías sentir el cielo y un beso de ella en la frente era todo lo que necesitaba para sentirme protegida, su voz marcaba la hermosa melodía que daba luz al hogar, su sonrisa era lo único que cualquier vagabundo desearía en vez de una fortuna, verla triste era una pesadilla, pero verla llorar, "eso" no tenía palabras. Ella me recordaba el cielo, ella me hacía sentirme feliz, su aliento era cálido como el té de manzanilla, la fragancia de su piel me recordaba la navidad, era fresca pero al tocarla tu corazón se llenaba de calor y ahí era donde tu entendías que era mas bonito estar en los brazos de tu madre que en el mismo cielo.

No hay comentarios: