6 de enero de 2010

Quizás no se trata de lo que pensamos, tal vez el destino quiere jugar con uno, pero sin importar apostar a sabiendas de que perderemos, nos internamos aún más en la peligrosa entrega hasta olvidar el punto de inicio y encontrarse en una encrucijada. Queriendo perder el miedo a la oscuridad; canto y me convierto en la melodía de un recuerdo, sin embargo, me atormenta una voz en off y desisto de todo sentimiento, no quiero sentir, no quiero sufrir. Abro mis brazos y me rindo sobre la base de mis preocupaciones, porque simplemente no puedo más, sencillamente quiero estar bien, pero necesito una oportunidad para mí misma, para entender quién fui, quien no soy y quién llegaré a ser. Mis manos tiemblan y mi cuerpo no responde. Tengo un reloj bastante particular, con un tiempo sin tiempo y mis pies danzan confusamente sin saber hacia dónde ir.
No sé qué hacer, no obstante, tú tampoco puedes ni debes decírmelo, pero hazme saber por qué existes, qué buscabas, por qué te quedaste si no lo encontraste. Ayúdame a descifrar tus temores, a descubrir quién eres realmente y quién no fuiste en mí y para mí, porque aún duele, pero no debes saberlo, es un secreto. No ignoro que me gustaría ser un científico, simplemente por querer encontrar la fórmula perfecta que me ayude a envenenarte con gotas de olvido, para hacerte desaparecer y que te desvanezcas de mis sueños… si tan sólo pudiera soñar, pero lo intentaré, por lo menos ten piedad y dime qué haces para verte tan bien, cómo logras expresar esa soberbia que te caracteriza y se convierte en encanto, dime a qué función debo asistir para dibujar la falsedad de una sonrisa en mi rostro y que me llene de ti, de lo que me decepciona y enamora dentro de un recuerdo, dime cómo abrigo tanta frialdad, cómo congelo lágrimas para no resbalarme y caer una vez más en el vacío.
 
Angelica

No hay comentarios: